Con esta escultura pretendo que todos recapacitemos de porque un chupa chup, algo tan barato y tan insignificante como un dulce puede alegrar la vida de un niño. He cambiado la escala de un chupa chup para mostrar que no solo los niños pueden ser felices a partir de un dulce sino que los mas mayores también podemos ser felices con algo tan pequeño.
Cuando un niño recibe un chupa chup inmediatamente se le dibuja una sonrisa en la cara y creo que puede pasar lo mismo cuando el regalo es para personas con mas cantidad de años. Al fin y al cabo todos somos personas y todos tenemos derecho de poder disfrutar el dulce sabor de un chupa chup.
Todos y cada uno de nosotros en nuestra infancia hemos podido relajarnos durante diez minutos con un chupa chup en la boca. Este dulce no tiene mas que azúcar, solo eso, es un simple caramelo pero siempre por muchos chices de diferentes sabores y por muchas piruletas que inventen chupa chup seguirá siendo ese dulce que dibuja sonrisas por donde va.
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